Museo es una fotografía de toma directa en sitio, es una fotografía impresa, es el registro de un lugar. 
Fotografía y registro de la permanencia de un espacio que muta. Pero no cualquier espacio. Museo, es esa fotografía que descansa en ese espacio que fue retratado, entre objetos que nos hablan de un mismo lenguaje o similar. Pero esta foto, nos habla del espacio en sí mismo, dentro de sí mismo. Como un metalenguaje del espacio y de los sentidos. Museo nos transporta al pasado no muy lejano y se refleja en un presente que cambia. 
En Museo, Marcos hace un recorte del espacio y compone. Selecciona su punto de interés, su objetivo, tal vez secreto: el registro de la obra fotográfica de Gian Paolo Minelli. Descansando, a la izquierda, sobre el piso, apoyada en una pequeña mesa, se sostiene casi erguida la obra. La composición confunde el punto de interés, todos los elementos-obras, componen una textura de yuxtaposición que se entrelaza en el espacio de la sala. Algunos elementos más cerca, otros más lejos; los muros parecen mezclarse con el todo. Sin embargo, podemos detenernos en cada uno de los elementos e interpretarlos. 
Podríamos describir técnicamente esta obra. Decir que se trata de una fotografía de 114 x 74 cm, impresa en lambda sobre papel brillo, que se pone en contraste con un marco en madera mate que le da a ese espacio-superficie un límite; como si todo terminara ahí. Pero la superficie es sólo eso. 
Podríamos decir, que esta obra es un ícono para nuestro museo, porque es premio del Primer Salón de Fotografía que se realiza en nuestra ciudad, y que suma a la colección en conjunto a las otras dos obras fotográficas premiadas un total de sólo cinco fotografías. Una especie de rareza necesaria en la colección del Museo.
 También podríamos hablar de Marcos Goymil, el artista, el fotógrafo, que se vincula con lo museable, que se inquieta por el fetiche de la producción y la colección, que se mueve en el límite entre lo institucionalmente correcto y lo irreverente. 
Pero, tal vez, lo más significativo sea, encontrar a esta obra dentro del espacio que ella misma representa: el juego infinito del reflejo. Museo nos permite poder ver más allá del espacio y su materialidad; nos habilita al acto reflexivo de verse a sí mismo, pensarse a sí mismo, y en este pensarse, repensarse, proyectarse, moverse y generar más acontecimientos en el espacio en permanente movimiento.
Emiliana Sinigaglia

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